Por : Roberto Miguel Torres Barbán

De hablar pausado, el trovador avileño Yoan Zamora, piensa lo que dice y siente lo que canta. Rompe con cualquier estereotipo marcado por los jóvenes trovadores -si es que existen estereotipos para ellos- no le interesan las descargas, se inclina más por el carácter melódico y armónico en su música que en lo rítmico… y el capitalino no se incluye entre su público meta.
Es de esos entrevistados controvertidos que no temen desnudarse ante cualquier pregunta y confiesa que luego de varios hijos y tres décadas de vida, aún tiene la suerte de poder decir que trabaja y vive de lo que realmente le gusta: la trova.
Santiaguero de nacimiento, avileño de corazón y cubano por condición, este filólogo que un día decidió cambiar los libros por la guitarra, recuerda mientras sonríe, que solo mudó hacia las partituras, las letras de los libros con lo que una vez se formó.
Sobre sus inicios en la trova decidió conversar con el portal de los jóvenes escritores y artistas de Cuba.
Santiago, Ciego, Villa Clara, La Habana…
“Nací en la ciudad de Santiago de Cuba, quizás por ser natural de la tierra de los padres de la trova heredé mi inclinación por este género musical. A mi padre le fue encomendada cumplir una labor evangélica en la provincia de Ciego de Ávila, hacia donde se trasladó mi familia cuando tenía 40 días de nacido. Por tal motivo afirmo y confirmo que soy un verdadero avileño.
En Ciego de Ávila ha transcurrido toda mi vida, allí he crecido, he amado, he sufrido y sobre todo: he cantado. En la tierra de la piña crecí y desde allí partí a cursar Letras en la Universidad Central de Las Villas Martha Abreu, lo que quizás constituyó mi primer gran acercamiento a la trova y al arte en general.
La universidad, la formación espiritual de mi familia, y el seguimiento que hice a la figura de José Martí han sido factores determinantes en mi formación y maduración artística, elementos indispensables que me hicieron ver la vida de una manera diferente y proyectarme en consecuencia.
Durante el lustro que pasé en Santa Clara –como todo joven intelectual de ese territorio- me acerqué al Centro Cultural El Mejunje, y por supuesto a un proyecto que hoy ya ha madurado, pero que en ese entonces nacía: La Trovuntivitis, una de las principales influencias en mi formación musical junto a Pedro Guerra, Caetano Veloso, entre otros.
Hasta la capital del país llegué como guitarrista y segunda voz de un grupo que muy pocos recuerdan hoy: Séxtasis, agrupación que ha permanecido, pero con otro nombre pues ahora se llama Guarapo.
A La Habana de todos he vuelto invitado por varios amigos a compartir espacios e intereses comunes, de tal manera me he unido a Ray Fernández en su peña del Diablo Tún Tún, donde mismo he cantado en el espacio Utopía de Fidel Díaz Castro, a quien me uní en su peña de El Patio de la EGREM; también he asistido a la peña de Inti Santana. Como ves un recorrido por el oriente, el centro y el occidente de Cuba, sitios donde transcurrió gran parte, pero no toda mi vida.
Pero ante todo mi Ciego… querido, allí está mi gente, esa es una ciudad que tiene que ver con mis canciones, su público es diferente, es una ciudad que se renueva, allí están los motivos de inspiración, yo le canto a todas esas cosas, le canto a mi sociedad, a mi familia, a los amigos.”
Tras la huella de la música
Mi primera grabación fue en el año 2006, que se materializó con el demo Una Señal, más tarde participé en los compilatorios Trovándote y Raspadura con Ajonjolí, aunque el sueño de concretar mi propia placa fonográfica no se materializó hasta el 20 de febrero del año pasado cuando grabé Aguacero, mi primer CD, como parte del proyecto Verdadero Complot en el Centro Hispanoamericano de Cultura de La Habana.
Trovándote
Podría afirmar sin ruborizarme que mi verdadera carrera trovadoresca inició con el proyecto Trovándote, del cual soy uno de sus fundadores, un espacio que ya alcanzó su madurez y nació cinco años atrás para dar respuesta a la doble necesidad de los trovadores de expresarse y la del público de escuchar buena música y juntarse a cantautores locales.
En sus inicios el espacio se desarrollaba viernes alternos en el Museo de Artes Decorativas del territorio, pero con el tiempo el público fue aumentando y se quedó pequeño el lugar, por lo que nos fuimos hacia un lugar mucho más grande como El patio de Artex.
En 2010 Trovándote festejó su primer lustro de vida con la celebración del Encuentro Nacional de Jóvenes Trovadores que tuvo lugar en Ciego de Ávila del 4 al 8 de octubre.
¿Músico, poeta, loco?
Músico, quizás es lo que placenteramente hago y de lo que orgullosamente vivo, es lo que disfruto y por lo que cada día lucho. Poeta, quizás en algún momento de la universidad o antes, o nunca, alguna que otra estrofa, uno que otro verso.
¿Periodista?
También fui, luego de un diplomado que cursé recién graduado de la universidad y que me permitió trabajar como reportero del sitio web de la Dirección Provincial de Cultura de Ciego de Ávila. Pero loco, loco no lo creo.